Juan llevaba ya unos cuantos años vendiendo. Era ese comercial que todo el mundo calificaba de «cumplidor». Nunca fallaba, nunca destacaba, y ahí seguía, como un soldado raso que sobrevive sin pena ni gloria.
Un día, en una reunión de equipo, su jefe les lanzó la típica pregunta:
—¿Cuál es vuestro objetivo este año?
Los compañeros soltaron frases estándar: «Vender más», «Cerrarme X clientes nuevos», «Aumentar facturación».
Juan, que llevaba días rumiando que no aguantaba otra campaña más, simplemente dijo lo mismo que el resto:
—Vender más.
Pero lo que Juan no se había dado cuenta es que no tenía ni idea de qué significaba «vender más» para él. ¿Más dinero? ¿Más libertad? ¿Mejor calidad de clientes? ¿Cambiar de empresa? ¿Montárselo por su cuenta? Su verdadero objetivo no era vender más, era tener tiempo para su familia, pero nunca lo había verbalizado, así que seguía encerrado en la rueda del hámster: más reuniones, más visitas, más estrés, menos vida.
¿Te suena? Quizá seas tú el Juan de tu empresa.
Aquí va la realidad que no te contarán en ningún curso de ventas de esos de YouTube:
Vender no es solo facturar más. Vender es un medio, no un fin. Y si no sabes a dónde vas, no importa cuánto vendas, siempre acabarás sintiéndote igual de vacío que Juan.
Define tu objetivo de verdad
- ¿Qué quieres conseguir vendiendo?
¿Más dinero? ¿Más libertad? ¿Mejorar tu posición dentro de la empresa? ¿Formarte para emprender? Si tu respuesta es «vender más», es tan concreto como decir que quieres «ser feliz». No sirve. - Un buen objetivo es medible y personal.
¿Quieres facturar 150.000€ este año? ¿Tener X clientes nuevos que te permitan negociar mejores condiciones? ¿Reducir la dependencia de cierto tipo de cliente? Eso es un objetivo real. - Vender sin objetivo es ser un mercenario.
Cobras, pero no sabes para qué. Y ojo, no está mal serlo si te gusta, pero si sientes que no llegas a ningún lado, es porque te falta esto. - El cliente lo nota.
Cuando tu único objetivo es «vender más» sin saber ni para qué, acabas vendiendo como un desesperado, sin estrategia y sin alma. Y créeme, eso en ventas huele desde lejos.
En el capítulo 1 de «Vender como un Cabrón» te lo dejo bien claro y te enseño paso a paso a definir tu objetivo real, sin tonterías, sin humo, y sin falsas promesas.

Déjate de vender como pollo sin cabeza.
Define tu objetivo y conviértete en un cabrón que vende con propósito.
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