Hoy hablaremos de las historias que cuentan los logos y quizás descubras lo que dice de ti el tuyo. Puede ser que no hable muy bien.
Desde pequeños siempre nos han gustado los cuenta-cuentos. Estos seres que, con un libro en la mano izquierda y gesticulando con la mano derecha recreaban la narración del libro, poniendo voces a los personajes y gestos a las situaciones emocionantes. Aunque ya conociéramos el cuento, siempre estábamos dispuestos a volver a escuchar una narración interpretada. Podía ser nuestro padre, nuestra tía o ese profesor de literatura un tanto excéntrico. También los había, que simplemente, no sabían contar cuentos, y en cuanto se ofrecía a contar uno, huíamos a la carrera para no soportar otra narración tediosa y aburrida. Pues esto es un logo, entre otras cosas, un contador de historias. La historia de tu trabajo.
Los más damnificados, suelen ser los autónomos, micropymes, o profesionales liberales que han decidido poner un logo a su marca personal y tiran por la calle de en medio, descargándose el primer logo que pillan por internet, simplemente porque les gusta uno que han visto por ahí. Las páginas que son supermercados de logos, donde entras, pones el nombre de tu negocio, y te genera uno que te puedes descargar, sigue siendo una mala solución, porque no tiene en cuenta ningún paso del proceso de creación de marca, ni el briefing, ni la metáfora, ni la historia…., nada. También hay quien se reconvierte en diseñador un domingo por la tarde, y se dedica a crearse uno con las herramientas más inverosímiles y con un resultado que espantaría al mismísimo Frankenstein.
Logos que cuentan (malas) historias.
Profesionales como dentistas, fisioterapeutas, y otros sanitarios. Escritores, columnistas, arquitectos, abogados, fontaneros, electricistas, …. La lista sería interminable. Todo este tipo de profesionales, son carne de cañón para estas páginas vende-logos a granel, porque muchos no conciben pagar a un diseñador para tener una marca totalmente original, y se conforman con esto. Pero lo que no saben es lo que cuenta de ellos un logo de estos.
Y lo que que cuentan, es que alguien que no tiene ningún pudor en usar cualquier símbolo encontrado en Internet, para que represente su trabajo y su trayectoria profesional, va a tener el mismo cuidado en llevar tu caso o en atenderte. Es decir, ninguno. También cuenta una inseguridad del profesional en si mismo. Quizás es alguien que estudió psicología en la universidad y ha acabado trabajando de decorador, por dos motivos, porque la psicología nunca le ha gustado realmente y porque ha heredado la tienda de decoración de su padre. Todo el mundo tiene derecho a cambiar de opinión y reorientarse profesionalmente, pero quizás haya latente un “síndrome del impostor” y lo que hace un logo cutre es, gritarlo a los cuatro vientos.
Sólo hay que fijarse cuando paseamos por la calle, y vemos los rótulos de negocios a pie de calle y en los entresuelos. Y vemos los logos hechos por un profesional, y los logos a granel o, peor aún, hechos por el cuñado o el primo de alguien en una tarde de inspiración. Estoy seguro que todos sabemos distinguir en segundos, cuales son unos y cuales son otros, y también “escuchamos” claramente las historias que nos cuentan y las sensaciones que nos transmiten. Y ahora piensa ¿Qué te transmiten unos y qué te transmiten otros?. Y ahora pregúntate. ¿Que quieres que transmita el tuyo?.
No. Esto no va de gustos. Va de personalidad.
A todos nos llamó poderosamente la atención, cuando vimos al Dr. House, en su honda CBR, con unos colores que nos resultaban muy familiares y hasta incluso, cierta sensación de orgullo patrio, al ser los colores de una empresa, en origen, española. Este controvertido doctor de ficción, nos demostraba una vez más, que respiraba personalidad por cada uno de sus poros, desafiando a todo y a todos. Cojeando, con barba de tres días, y montando una CB 1000 RR de competición. La publicidad para Repsol y para Honda era impagable.
Pues al principio no gustó
Cuando Wolff Ollins creó el primer logo, le cayeron chuzos de punta, con criticas por todos los lados, ya que al principio no gustó. El Logo representa un horizonte con una fusión entre el mar, el cielo y el sol, y aunque no gustara a muchos, tenía una cosa muy importante. Personalidad y una historia.
Cuando tienes un logo propio, con personalidad e historia, siempre puedes evolucionar.
Por eso es tan importante que tu logo sea realmente tuyo, pensado y hecho para ti. Que cuente tu historia, tu visión, tu proyecto y con recorrido para poder evolucionar contigo y eso no te lo da ni un logo a granel ni algo improvisado y autodidacta.
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Un saludo y nos leemos en la próxima entrada