«Eres un fraude y sólo es cuestión de tiempo que alguien lo descubra». ¿Alguna vez te has sentido una voz que repitiera eso una y otra vez dentro de tu cabeza? ¿Alguna vez te has sentido como si estuvieras en ese puesto por casualidad? Si es así, probablemente estás experimentando el síndrome del impostor.
Básicamente, el síndrome del impostor es una sensación de inseguridad. Los enchufados no tienen ningún problema con esa sensación, porque algunos, hasta presumen de su enchufe. Sin embargo aún quedan personas que se cuestionan si son lo suficientemente buenos para estar en un puesto determinado. Incluso a veces, creen que han engañado a los demás sobre sus habilidades y que, más pronto que tarde, serán descubiertos como un fraude.
Un abejorro como ejemplo.
Cuando tengas esa sensación, piensa en la parábola del abejorro. Es una historia que se utiliza a menudo para ilustrar la importancia de creer en uno mismo y superar los obstáculos, incluso cuando parece imposible.
Cuenta la historia que, según las leyes de la aerodinámica, el cuerpo del abejorro es demasiado grande y su ala es demasiado corta para poder volar. Sin embargo, el abejorro no tiene ni idea, porque nunca ha estado en la facultad de ingeniería aeronáutica y, como no sabe nada de eso, vuela de todas formas.
El abejorro sigue volando y recolectando néctar sin importar que la ciencia sugiera que no debería ser capaz de hacerlo.
Con esta historia, te quiero transmitir la importancia de creer en uno mismo, hacer lo que te gusta. Si en su día elegiste unos estudios y ahora te toca trabajar de otra cosa, por necesidad o porque has descubierto una vocación tardía, simplemente hazlo. Y si te falta formación, tienes mil opciones para formarte en lo que te gusta.
Algunos consejos para superar el síndrome del impostor:
- Reconoce tus logros y habilidades: A menudo, las personas que experimentan éste síndrome minimizan o ignoran sus logros y habilidades. Mira la situación con perspectiva y tómate el tiempo de reconocer y celebrar tus éxitos. Si es necesario, haz una lista de tus logros y habilidades y recuerda que los has obtenido a través de tu trabajo duro.
- Habla con alguien: Mucho cuidado con este punto. Puedes compartir tus sentimientos con alguien de confianza. Puede ser un amigo, familiar o un profesional de la salud mental, pero siempre externo a tu entorno laboral. Hablar de tus sentimientos ayuda a procesarlos pero no te la juegues si no estás seguro de con quien estás hablando.
- Aprende de tus errores: En lugar de ver tus errores como una confirmación de que no eres lo suficientemente bueno, utilízalos como una oportunidad para aprender y crecer. Todos el mundo tiene errores y es posible que si alguien de tu entorno laboral sospecha de tu debilidad puede usarlos para hurgar en la herida. No te dejes amedrentar y ten algo preparado para contraatacar si hace falta.
- Deja de compararte con los demás: Compararte con los demás es una de las principales causas del síndrome del impostor, aparte de ser una absoluta pérdida de tiempo. Pasa olímpicamente de lo que hacen los demás y céntrate en tus propias habilidades y metas. Todos somos diferentes (afortunadamente) y tenemos diferentes caminos.
- Aprende a aceptar elogios: Seguramente tendrás dificultades para aceptar elogios. Aprende a aceptarlos con naturalidad. Recuerda que la falsa modestia es la peor de las vanidades.
Es todo.
La moraleja de este post, es que a veces, un abejorro es más listo que nosotros. Que además, en esta vida, tendemos a sentirnos como si tuviéramos que estar demostrando algo, que no necesitamos demostrar a alguien al que no le importamos nada.
Recuerda: Cometemos errores, pero que aprendemos de ellos. La fuerza de voluntad, la fe en uno mismo y el trabajo duro pueden ayudarnos a superar incluso los desafíos más difíciles.
Como el abejorro, debemos seguir adelante, incluso cuando aparece algún cantamañanas a decirnos que no podemos hacer algo que ya estamos haciendo.. ¡Confía en ti mismo y en tus habilidades!