Estimado blog.
El viernes ha empezado tormentoso, con aparato eléctrico y algunos truenos. Por un momento me he temido lo peor con el tema de las comunicaciones, pero el sistema ha aguantado y hemos podido pasar el día sin sobresaltos en este campo.
Dentro de homeworking, la cosa ha ido más o menos como siempre. Alguna pequeña incidencia que otra, a la hora de preparar las órdenes para programar en la zona Basor, que aún no va al ritmo que me gustaría. La zona Dass, Rosa sigue a todo tren, extendiendo el horario todo lo que haga falta para no dejarse ni un cliente sin atender. Ya les gustaría a muchos jefes que sus empleados tuvieran este nivel de compromiso.
Cervecita y compra.
Después del curro, he quedado con mi compañero Jose para tomarnos una cañita telemáticamente. Por videoconferencia. Él desde su cómoda cocina y yo desde la terracita multifunción de arriba, que lo mismo sirve de gimnasio, de terraza de bar o de mirador hacia las gaviotas que sobrevuelan el mismo borde del Mediterráneo, demostrándonos con hechos, lo que significa la verdadera libertad.
La cervecita y la conversación ha sido muy agradable y por un momento, te liberaba del confinamiento. En estas conversaciones que vas saltando de un tema a otro, sin darte cuenta, son rematadamente refrescantes, incluso, aunque en alguno de los saltos, comentes cosas del trabajo. Así, sin darme cuenta, me he enterado que el lunes es festivo en la Comunidad Valenciana. Otro festivo confinado, y ya he perdido la cuenta de cuantos llevamos.
… las gaviotas que sobrevuelan el mismo borde del Mediterráneo, demostrándonos con hechos, lo que significa la verdadera libertad
Mientras yo estaba de relax en el afterwork, Rosa, está en el super, aprovisionándose de víveres para pasar una semanita más sin salir. Ya estábamos prácticamente en reserva de todo lo básico, y con la despensa totalmente vacía en lo demás. Y es que hacía más de una semana que no había compra. Va ella, porque dice que si voy yo, voy a gastar más y no quiere que vaya yo. Es algo que no entiendo, porque, que yo sepa, el precio es el mismo si va ella que si voy yo; y además voy con la lista hecha, por lo que no improviso a la hora de comprar. Me ciño a la lista a rajatabla, y ni siquiera me fijo en el resto de cosas que hay en las estanterías. Pero ni así, la convenzo para que me deje ir a mi.
Cada día nos leemos más
Ya llevamos 34 días desde que empezó el confinamiento y este «Diario de un confinado«. Y he consultado los datos, y me ha sorprendido ver que hemos pasado de las 10 o 12 visitas en las entradas de la primera semana, a más de 300 por semana. Casi 1400 visitas en los últimos 28 días. Ya sé que son cifras irrisorias para un bloguero profesional, pero me ha hecho ilusión ver que cada vez sean unos cuantos más los que dedican 5 minutos a echar un vistazo aquí.
¿Y tu?
¿Quedas de afterwork con los colegas o prefieres desconectar del todo.? Te animo a dejar tus comentarios a continuación, pero si prefieres enviarme un mensaje privado puedes hacerlo en la página de contactar.
Un pajarito me había dicho lo de la cervecita a mí también pero estoy acabando de hacer pan y no podía jeje
En mi casa va mi padre a comprar y acaba cogiendo de todo jajaja le he dicho que pare de comprar levadura, que al final habrá que tirarla, que hay demasiada… Jajajaja
Efectivamente estabas invitada al afterwork, pero has preferido hacer de panadera. Una lástima. A la próxima.